viernes 26 de julio 2024
Tendencias

Desafíos y Realidades del Ciberacoso en Chile: Análisis de las Cifras y la Dinámica Educativa

Desafíos y Realidades del Ciberacoso en Chile: Análisis de las Cifras y la Dinámica Educativa
Por Sala de redacción
abril 21, 2024 - 17:20

En 2023, de 4.679 denuncias por maltrato entre estudiantes, 842 correspondían a ciberacoso, representando el 18%. Una investigación de la Universidad de Toronto, publicada en Plos One el 17 de abril de este año, reveló que el 17% de adolescentes encuestados en varios países, incluido Chile, fueron víctimas de ciberacoso relacionado con su peso corporal en redes sociales. Estos datos subrayan la creciente realidad del ciberacoso entre menores.

El estudio también señala que el tiempo dedicado a las redes sociales está correlacionado con un aumento en las experiencias de ciberacoso; por cada hora adicional en redes, el acoso relacionado con el peso incrementa un 13%.

En Chile, el 13 de marzo se conmemora el Día contra el Ciberacoso, instituido por el Ministerio de Educación para promover la prevención de la violencia en el mundo digital. Según la Superintendencia de Educación, en 2023 hubo 4.679 denuncias de maltrato entre estudiantes, de las cuales 842 estaban relacionadas con ciberacoso, un 18%, abarcando amenazas, suplantación de identidad y descalificaciones en diversas plataformas.

Comparativamente, las denuncias de ciberacoso aumentaron en un 88,9% entre 2018 y 2022, destacando la urgencia de abordar esta problemática.

La ley establece que los establecimientos educacionales deben abordar la convivencia escolar en sus reglamentos internos, incluyendo protocolos para casos de acoso o violencia, tanto digital como física. Sin embargo, muchos establecimientos carecen de estos protocolos o no los aplican adecuadamente.

Los desafíos incluyen la falta de recursos, como personal especializado, y el desconocimiento sobre tecnologías para prevenir el ciberacoso. La jurisdicción y la privacidad también son obstáculos, ya que el ciberacoso a menudo ocurre fuera del horario escolar y en plataformas privadas.

Para abordar esta problemática, es crucial centrarse en la prevención, interviniendo ante señales como sobrenombres repetidos, cambios de conducta inexplicables y daños a pertenencias, y promoviendo una cultura escolar de respeto y tolerancia, involucrando a estudiantes, personal educativo y familias.