viernes 26 de julio 2024
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La contaminación del aire: ¿Los gases de efecto invernadero enmascaran el efecto desecante de los aerosoles?

La contaminación del aire: ¿Los gases de efecto invernadero enmascaran el efecto desecante de los aerosoles?
Por Sala de redacción
marzo 31, 2024 - 19:54

Un nuevo estudio revela que los efectos de los gases de efecto invernadero generados por la actividad humana han sido enmascarados por los efectos secantes de los aerosoles, lo que ha ocultado un aumento en las precipitaciones.

La quema de combustibles fósiles, que provoca contaminación del aire, ha estado ocultando un fenómeno: el aumento de las precipitaciones. Se ha reducido la emisión de aerosoles nocivos para proteger el medio ambiente, pero su efecto desecante a largo plazo ha enmascarado el incremento de las lluvias provocado por los gases de efecto invernadero. A medida que disminuyen las emisiones de aerosoles, las precipitaciones extremas podrían aumentar.

En una investigación reciente, científicos estudiaron cómo las emisiones de aerosoles y gases de efecto invernadero, como el dióxido de azufre producido por la quema de combustibles fósiles, afectan las precipitaciones en Estados Unidos.

Los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, deberían aumentar las precipitaciones al calentar la atmósfera y los océanos, aumentando la evaporación y la cantidad de vapor de agua en la atmósfera. Sin embargo, los aerosoles han contrarrestado este efecto, especialmente hasta la década de 1970.

Con la reducción de la contaminación del aire gracias a la Ley de Aire Limpio en Estados Unidos, el efecto de los aerosoles se ha atenuado, lo que significa que las precipitaciones podrían aumentar más rápidamente de lo previsto.

Los investigadores utilizaron mediciones de pluviómetros desde 1900 hasta 2020 para determinar cómo las actividades humanas influyen en las precipitaciones en Estados Unidos. Descubrieron que el aumento de las precipitaciones se debe a un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque los aerosoles también tienen un impacto, reduciendo las precipitaciones en invierno y primavera y aumentándolas en verano y otoño.

El estudio sugiere que será crucial rastrear los aerosoles y tenerlos en cuenta en las predicciones para el diseño de infraestructuras y la gestión de recursos hídricos, ya que los aumentos en las precipitaciones extremas serán cada vez más evidentes en esta década debido a las elevadas temperaturas del océano y la disminución de los aerosoles.