El rescate de los árboles en flor de Rapa Nui: Una historia de supervivencia humana

La isla de Rapa Nui, conocida popularmente como Isla de Pascua, estuvo al borde de perder para siempre sus árboles en flor. Sin embargo, gracias a la intervención humana, se aseguró su supervivencia.

El árbol toromiro, una especie única y resistente a la sal, alguna vez pobló el sotobosque de los exuberantes bosques de palmeras en Rapa Nui, hace unos 35.000 años. Sin embargo, la historia de cómo la isla perdió sus árboles y cómo los humanos intervinieron para salvarlos es digna de ser contada.

Los colonos polinesios que llegaron a Rapa Nui construyeron las icónicas estatuas Moai, utilizando troncos de palmeras como rodillos, lo que llevó a una deforestación masiva. Este uso intensivo de los recursos naturales, junto con factores climáticos y la introducción de especies invasoras por parte de los colonos europeos, contribuyeron a la desaparición casi total del árbol toromiro en la isla.

Sin embargo, un único espécimen sobrevivió, resguardado en el cráter central de la isla. Este árbol solitario, con una sola rama floreciente, fue rescatado por el explorador Thor Heyerdahl y el inmigrante argentino Efraín Volosky Yadlin, quienes recolectaron semillas y las propagaron en Europa y Chile.

Hoy en día, gracias a estos esfuerzos de conservación, el toromiro florece en jardines botánicos chilenos y europeos. Aunque su desaparición estuvo en gran parte causada por la intervención humana, también fue la humanidad la que aseguró su supervivencia.

Esta historia nos recuerda la importancia de la conservación y el papel fundamental que desempeñamos en la protección de la biodiversidad de nuestro planeta