viernes 26 de julio 2024
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Ceremonias Extremas del Viernes Santo en Filipinas: Crucifixiones y Flagelaciones

Ceremonias Extremas del Viernes Santo en Filipinas: Crucifixiones y Flagelaciones
Por Sala de redacción
marzo 29, 2024 - 16:36

En el Viernes Santo, católicos filipinos llevan a cabo representaciones vívidas de los últimos momentos de Jesucristo, permitiéndose ser clavados en cruces de madera o flagelándose hasta hacer brotar sangre, en actos extremos de devoción religiosa.

Mientras la mayoría de los filipinos asisten a la iglesia y pasan el día festivo en familia, cientos se congregan en los pueblos cerca de la ciudad de San Fernando, al norte de Manila, para presenciar cómo algunos fieles se infligen castigos para expiar sus pecados o buscar milagros divinos.

Hombres y mujeres con el torso descubierto, cubiertos con sudarios negros y coronas de hojas, caminan descalzos por las polvorientas calles, golpeando rítmicamente sus espaldas ensangrentadas con varas de bambú.

«Esto es por mi hijo, un epiléptico», explica Joel Yutoc, con el nombre de su hijo tatuado en el pecho. Yutoc, de 31 años, ha participado en las flagelaciones del Viernes Santo durante ocho años y asegura que desde entonces, su hijo no ha sufrido más ataques.

En el municipio de San Juan, un hombre de pelo blanco interpreta a Jesucristo, mientras otros dos vecinos, en el papel de centuriones romanos, lo llevan a un lugar elevado donde lo crucifican en cruces de madera. Los espectadores graban con sus teléfonos mientras les clavan clavos de 8 centímetros en las manos, levantando luego la cruz. Minutos después, los devuelven al suelo y les quitan los clavos.

«Seguiré haciendo esto mientras esté vivo, por tanto tiempo como mi cuerpo pueda soportarlo. Este es mi voto», declara Wilfredo Salvador, un pescador jubilado de 67 años, quien comenzó a participar en crucifixiones hace 16 años después de una crisis mental.

«A veces, después de un día, esto no es nada. Puedo lavar platos y bañarme», afirma Salvador mientras observa sus heridas.

Estas prácticas extremas son rechazadas por la Iglesia Católica y las autoridades sanitarias del país, que esta semana han pedido evitar «rituales que causen heridas físicas».