Hezbolá e Israel experimentan una de las peores escaladas de violencia en su historia, con más de 300 muertos.

El conflicto entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá, que se intensificó desde octubre tras la guerra en Gaza, alcanzó este martes uno de sus niveles más críticos.

Más de un centenar de cohetes fueron lanzados hacia Israel, mientras que al menos tres personas murieron en bombardeos israelíes en el este del Líbano desde la noche anterior.

En respuesta a los ataques de Hezbolá, aviones de combate israelíes bombardearon dos centros de mando en el área de Baalbek, y también en la ciudad de Bint Jbeil, según un comunicado militar israelí.

Sin embargo, según un gobernador local, los bombardeos israelíes impactaron en una casa abandonada en Al Nabi Shet y un almacén de alfombras en Saraain.

Los dos fallecidos se suman a una tercera víctima del bombardeo israelí en el Valle de la Bekaa la noche anterior, lo que provocó el lanzamiento de más de cien cohetes por parte de Hezbolá.

«Hezbolá está listo para cualquier escalada de los combates», afirmó un miembro del grupo al periódico qatarí Al-Araby Al-Jadid.

Israel, lejos de calmar la situación, llevó a cabo nuevos ataques aéreos y de artillería durante la tarde del martes contra instalaciones militares de Hezbolá.

La tensión también aumenta en Cisjordania, donde Israel ha desplegado miles de efectivos policiales en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Solo se permite la entrada desde Cisjordania a hombres mayores de 55 años, mujeres mayores de 50 y niños menores de 10, con permisos válidos, sujetos a cambios por «razones de seguridad».

El Ministerio de Exteriores palestino denunció la escalada de violencia, criticando la lógica militar basada en la brutalidad de la fuerza y el despliegue de soldados israelíes en Cisjordania.